domingo, 17 de junio de 2012

Y se clava.

Y soy una idiota a las seis de la mañana aguantando las lágrimas porque se prometió a sí misma que no lloraría nunca más... que eso de estar triste no era para ella... pero a veces vuelve... 

Esto se lee escuchando: Seneca - Patti Smith


Y lo reprimo con todas mis fuerzas. Me digo que todo eso que me hace llorar ya lo sé de sobras, pero se clava al escucharlo. Mi cerebro no quiere ponerse en pie, o no puede en esos momentos...

Sé que no es intencionado y sé también que sólo son momentos y pensamientos que vienen y van... pero sí, es como tirarle piedras a un barco de cristal, pues más o menos igual. Y más si ese barco ya tiene sus grietas... No es necesario arañar con lo mismo una y otra vez. Es como abrir una herida un millón de veces de manera innecesaria. 

Duele. Ojalá pudiera ser teatrera y victimista. Eso significaría que no duele tanto como parece. Pero no, desgraciadamente no lo soy y si duele y lo digo, es porque se clava y escuece.

Yo ya no quiero sangrar más, dejemos eso atrás para siempre... 
lo dejé atrás contigo... no quiero que vuelva nunca más...




...A veces encuentro retazos de gris de lo que fui, y me reconozco en ese montón de cenizas. ¿Soy yo la que ahora se refleja en el espejo?... ¿Qué queda en mi de todos esos cristales rotos?... Y sobretodo, ¿por qué me veo reflejada en ellos?...

Es la única yo que llegué a conocer profundamente... porque es la yo con la que más hablé... es la yo con la que casi acabo. Y eso, eso ya pasó.

No quiero volver a encontrarme en un montón de trocitos que no son nada...



.Tengo que dejar de temblar.



Llora Zoe, lo necesitas. Hoy, nos damos permiso.
-Me dice mi cerebro-

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