domingo, 15 de septiembre de 2013

"Ponte de pie"

"No pienso perderte la pista"


Eso me dijo al despedirnos. Y así ha sido.

¡Las cosas cambian y yo también!

Dadle al play y leed: Mumford & Sons with Birdy - Learn me right.


Segunda quincena de septiembre a oscuras. Tanteando para no caer con la misma fuerza que aquella vez. Supongo que después de tanto tiempo, la sensación de vértigo es normal. Sigo sin servir para esto, creo que no está en mí. Cualquier latido más fuerte de lo normal me deja sin palabras y hace que el corazón quiera salir por mi boca. ¿Es agradable? En absoluto. Es el infierno.

Sin embargo, ¿conocéis la sensación de ser lo que siempre habíais querido ser?
Bien, creo que actualmente estoy tocando ese punto con los dedos.
Sólo cuando me pongo de puntillas... claro.

Todo se ha vuelto blanco. No es tan fácil romper el hielo. Cada vez que siento calor creo que se resquebraja, pero a la mínima vuelve a crearse una capa más que me deja fría por completo. Quiero creer que se pasará. Quiero creer que después de 18 meses las heridas son fáciles de cerrar. Ya no me reconozco. No sé si para bien o para mal. Pero ya no soy la misma que hace unos dos años. Casi ni me acuerdo de aquella yo. Creo que le gustaba sentirse fuera de su propio cuerpo mientras sonreía a la nada. A la yo de ahora le gusta desnudarse, bailar, cerrar los ojos y que se le erice la piel.

Quiero seguir contando historias a quienes quieran escucharme.


[...]


Me dijo que se quedaría, pero no puedo reprochárselo.

Una voz me susurró que nunca es la misma historia, aunque se parezca. Que no creyese en estereotipos mal iluminados. Que disfrutase de cada segundo sin pensar en ninguna marcha después. Pero en mi cabeza siempre hay despedidas y las cartas están boca arriba.

Sigo viendo más allá de quienes pretenden quedarse.
¿Quieres beber del vaso roto? No te vayas.
¿Quieres conocer lo que hay más allá? Rompe este cristal.

Todo si crees que merece la pena. Simplemente. 

---------------

Me quité la camisa, abrí la ventana, estaba descalza y fuera llovía (oh, ¿recordáis?).
Creo que me solté el pelo y cerré los ojos. La lluvia entraba y me mojaba la cara.
La perfección del momento era inmensa.

Cualquiera que escribiese esto diría que detrás de sí mismo estaba la persona a la que aman, haciendo el momento incomparable. Pero yo no. Creo que no es necesario, no del todo.
Creo que llega un momento en el que quedas completo y no necesitas la mitad de otro.
Aunque es bonito. Es algo que he podido comprobar hasta romperme.


Bueno, ahora que me he desvestido y he dejado entrar la lluvia, te dejo entrar a ti.
Es una señal de paz por mi parte.


Pasa, puedes sentarte.
Deja que vaya a por el violín...

No hay comentarios: