lunes, 11 de febrero de 2013

Odi et Amo. 21 gramos perdidos.

Te odio.




Te odio porque con tu maldita magia conseguiste que te quisiera como nunca había querido a nadie.

Te odio porque te fuiste. Te fuiste sin darme más opción que mantenerme lejos. Porque separaste dos caminos cuando el mío ya no sabía por dónde seguir sin seguir tus pasos.

Te echo tanto de menos que algunas noches, como ésta, me rompo las entrañas buscándote dentro de mí. Y te veo. Ahí sigues. Nunca te fuiste. Quiero vomitarte de dentro de mí... pero nunca es suficiente. Nunca.

Te odio porque eres el único "para siempre" que juré y vaticiné en mi vida. Y porque tal y como dije, tengo la sensación de que pase lo que pase, y aparezca quien aparezca, siempre latiré por ti.
Te odio pues, porque odio mis "para siempre".

Te odio porque me dueles. Me dueles tanto que sangro por dentro sin necesidad de heridas externas. Y cuando me dueles por dentro es peor que cualquier cicatriz. Cuando echo la vista atrás, todas mis cicatrices llevan tu nombre y apellidos. Nuestra historia escrita en mi piel.

Te odio porque palpitas en mí. Y no creo que mi corazón merezca tal cosa. Porque "el corazón más rojo del mundo" ya apenas es visible, ni late con la misma intensidad.


Te odio porque te amo.

Te amo con todas mis fuerzas. Te amo como el primer día que te vi, como el primer día que me besaste. Como el primer día que me sonreíste al cogerme la mano, como el primer día que respiraste en mi oído. Como el primer día que perdimos juntos la visión en lo más alto del techo de aquel cuarto que nos conocía tan bien. Las paredes pueden relatar cada una de nuestras caricias.

Te odio porque te amo. Te amo como nunca antes. Como nunca más.
Te amo por las mariposas inmortales que habitan en mí y me arañan por dentro.
Te amo y te odio porque desde que te fuiste, tu alma pesa 42 gramos...
Porque te llevaste mis 21.


Y ya no recuerdo quién era antes de romperme en mil pedazos por ti.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amar, odiar...¿perdonar? El perdón te llevará no a quererle otra vez, sino a quererte a ti misma. Ningún abandono puede arrebatarte los recuerdos bellos que te regaló. Ese es tu tesoro.

Clementine Macabre dijo...

Estos son los amores que duelen para siempre, espero equivocarme. Me encanta como escribis♥

Niar Pyx dijo...

Aun tienes esos pedazos, no los pierdas y reconstruyete con el tiempo.
No te pierdas del todo :)

Te sigo :) un besito