sábado, 3 de diciembre de 2011

Puedo esperar...

...llevo esperando toda mi vida.



A veces me siento tan fría ante el mundo que tengo la imperiosa necesidad de gritar. Ya no soy la que era, ni vivo ni respiro. Todo por inercia. El reloj agotó su tiempo.
Confundo los sentimientos en cada mirada, la ira palidece ante las ilusiones.
Tú sigues ahí como si nada.

No busco que me entiendas.

Léeme entre líneas. Estaría contigo aunque no me dieras nada. Adoro como me agarras de la falda para que no me vaya. Siempre más cerca, que no pase la luz por ningún hueco entre nosotros.

PALPITO.

A contracorriente.
Te vi atento en el contrapunto.
Estoy loca por tus manos buscándome, andando a pasos lentos por cada centímetro de piel.
Estos escalofríos llevan tu nombre. Es una sentencia firme. Puedes romper cada inseguridad. Ya.

Memorizaré cada gesto y cada caricia, lo prometo.
Me dejas ese regusto a frío y a tristeza, a muerte temprana cada vez que te vas...

Y ahora...

A esperar.




Por todo eso de que ella no quería acordarse de su dolor, tan sólo mirar a unos ojos que le dijeran que estaba a salvo*

No hay comentarios: