jueves, 20 de octubre de 2011

Así y asá.

Él me dijo

"Eres libre y no quieres ser de nadie. Vas siempre de un lado a otro según te parece, salvaje. Pero lo sé bien, en el fondo eres una niña que está huyendo, aunque aún no sé de qué".

Yo le contesté "creo que del dolor, del tiempo".
Y me sentí pequeña y frágil.

Suspiré.

Supongo que no cambiará con el tiempo. La esencia es pura y eterna. Mi amor también.
Apenas hace una semana, pero ya me escucha latir por los rincones. Será que a cada paso soy más transparente para todos, o que ya no soy un muro de piedra. Y sigo sin comer y sin dormir.
Hay cosas que jamás cambian. Dije que así estaba bien y me miraron desde la cocina con desaprobación.
Hay personas que nunca se acostumbran a una.

Te diré la verdad.
Ayer no dormí, pensaba no coger ese bus.
De repente dieron las 6, me vestí a toda prisa, salí corriendo a sabiendas de que no me sentaría bien eso de no pegar ojo y dar tantos tantos tumbos. Y cogí ese maldito autobús.

¿Sabes por qué?
Por esa necesidad irrefrenable de un abrazo tuyo.
Lo necesitaba con tantas fuerzas que dejó de importarme el hambre, el sueño, la vida.
Y fuí a por él.

A veces hay que seguir los instintos...aunque estos puedan matarnos.

Creo que no sé ser feliz de otra manera que estando...al borde del precipicio...
Saboreando la felicidad.