miércoles, 19 de octubre de 2011

Calor en Octubre.

Las manos heladas.



Cuando estoy así acostumbro a perderme bajo el edredón buscando calor.
Últimamente el tiempo está loco. Yo estoy loca. Todos estamos locos.
No necesito que nadie me prometa nada, porque nunca me fié de las promesas.
Quise escuchar cada día que me querían porque era mejor que las pastillas.
Dejo pasar el tiempo con miedo a  las manecillas, me aterroriza quedarme sin edad.
He cosido mi sombra fuertemente a mi cuerpo, para que jamás se vuelva a escapar.

[...]


Sólo espero que estés bajo mi manta.
Aún sin dormir soy capaz de correr en busca de un abrazo que me tranquilice.
A veces hay que tener agallas para hacer lo que es mejor para nosotros.
Ser egoístas, ser humanos, demasiado humanos.
Y entonces lo veo, no casa con mis pensamientos y vuelvo a la oscuridad.
Maldito perfeccionismo.



Entonces cae la tarde y vuelvo a oír algo bonito, me sale esa sonrisa estúpida en la cara y...
me marcho a domir.


...¿Qué más da lo que opine o sienta? Esta lejos de esto...fuera de todo.
Ni siquiera me doy opción de latir. Está quieto, está parado, asustado y en guardia.


Y sigue sin saber qué hacer.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Mucho ánimo, preciosa^^ Un abrazo enorme, cálido y fuerte^^