viernes, 9 de septiembre de 2011

Cosas que recuerdo.

Aunque sólo sean detalles.

Mario y yo, allá por el 97.


-Recuerdo cuando mi abuela me despertaba para ir al colegio levantando la persiana, y yo iba al salón y me vestía tapada por la estufa porque hacía mucho frío. Después mi madre me llevaba a clases junto con mi hermano y en especial tengo un flash de ir caminando por la calle contra el viento frío, llevando puestas unas botas rosas que me había regalado mi padre...y que me encantaban.

-Recuerdo la lluvia...como se enfriaban los cristales de mi ventana, se despegaba de la pared el marco y se inundaba la plazoleta de debajo de mi casa. Las naranjas se caían de los árboles y al día siguiente podía darles patadas como si fueran pelotas.

-Recuerdo que cada vez que salía a dar un paseo contenta, intentaba esquivar la maldita papelera de hierro de la esquina, pero siempre me la comía dándome un golpe en la cadera. Por aquel entonces ya era patosa.

-Recuerdo dibujar en la terraza, hacer fotos con mi primera cámara de carrete, una Nikon que me regaló mi padre. No necesitaba nada. Cualquier cosa la podía transformar en un cuento perfecto, en lo que yo quisiera. Crear una historia que pudiera comprender en cualquier momento, simplemente volviendo atrás.

-Recuerdo jugar de pequeña en casa de mi padre...los años más felices de toda mi vida. Mi infancia, mi tesoro eterno, mi alma, mis sueños. Primero estaba ella. Después no. Solos los tres. O los cuatro. Depende de quienes quisieran ayudar a mantener los cimientos vivos. Luego siempre fuimos cuatro. Al principio yo sonreía y siempre sonaba Bob Dylan. Después yo ya no sonreía ni hablaba. No paraba de sonar I wish you were here de Pink Floyd. Después otra vez Bob Dylan cuando todo hubo pasado...
Recuerdo como era capaz de coger una caja de cartón, pintarla y creer que podía ser una nave espacial. Me metía dentro y rodaba cuesta abajo. Siempre estaba llena de arena y manchada de pintura. Me quedaba dormida en el sofá mientras se escuchaba Cream de fondo. Balbuceaba I want you de manera torpe e iba con mi padre a comprar peces y les ponía nombre. Me pasaba el día soñando. Mirando el acuario, hablándoles en silencio.

El pelo rubio y dos mechones blancos a cada lado de la cara, siempre revuelto, y dos ojos oscuros en el medio, fijos.


Y ahora...




-Nadie me despierta, porque sigo despierta cuando todos se levantan...Y ya no tengo lugar al que ir. Al menos la abuela está a dos pasos de mí.

-Sólo sé que si llueve es mejor cerrar la ventana, porque tiende a inundarse todo. Lo único que queda después es una persiana mojada.

-No doy paseos. No poseo ya ese estilo de vida despreocupado para salir sola. Y no tengo a nadie con quien ir. Al menos no por aquí.

-Cada vez me cuesta más hacer un cuento de cada cosa, incluso me cuesta escribir esto. A pesar de que siga haciendo de esas pequeñas cosas, mi vida.

-Hay cosas que no han cambiado...Ni Bob Dylan siempre en mí, ni I wish you were here como "la canción de mi vida"...Ni el amor por papá, que me ha hecho ser quien soy, creer en lo que soy a pesar de todas las máscaras, de la gente, de los estereotipos...Debajo de toda esta parafernalia está la niña rubia de los ojos oscuros y grandes...


Desearía poder volver atrás todos los días de mi vida. Experimentar la sensación de "nada más importa que vivir este momento". Transformar cajas en naves espaciales y jugar en la calle aunque me mirasen mal...
Sólo me quedan un montón de recuerdos que me dan la razón, cualquier tiempo pasado fué mejor...y nunca volverán a repetirse...Sólo guardo flashes en mi memoria, un complejo enorme de Peter Pan (yo jamás creceré, nunca, nunca. Al menos no por dentro, me niego), y un montón de traumas.



Pero estoy bien.
Yo siempre estoy bien.

Porque aunque para mí no tenga sentido,
tengo fuerzas para seguir adelante.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Esos recuerdos te hacen ser quien eres :) Guárdalos como tesoros y dale magia a tu vida :)

Un besazo enorme^^