Que no estaba hecha para la ciudad, que no.
Que era pura energía y fuego, como decía su nacimiento.
Siempre corriendo pero mirando hacia atrás, no olvidaba.
Que tenía la fuerza, que tenía la magia, que nadie le daba.
Pero se la ganaba y la buscaba dentro de sí.
Que nunca la frenaron, tan solo sus instintos
y que los sentimientos eran lo único que podía hacerla llorar.
Pero ya no podía ser tan fuerte.
Porque su interior ya no era blando.
Pura coraza que pesaba, y de vez en cuando se abría.
Tatuado en su pecho, su motor.
Cansada estaba de su propia represión
que ella sola se soltó las cuerdas
y corrió y corrió
hasta encontrar su rincón...
...En el más oscuro recoveco...
De su salvaje corazón.
2 comentarios:
Bonito texto^^ Un besazo y a seguir corriendo salvaje :)
Tu texto me encanta, me ha recordado a este otro que escribí yo.
http://escueladeletraslibres.blogspot.com/2010/09/de-turista-en-la-ciudad.html
Besitos Zoe.
Julio.
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