miércoles, 15 de junio de 2011

No me tiré por un pozo...

...me agarré a un clavo ardiendo.

Sólo son retazos de lo que fuimos.

Al clavo que más arde desde hace cuatro años, por no estar sola.
El mismo que se me clavó en las entrañas destrozándome, destrozando mi vida.
Que hizo que abriese los ojos, que echase a correr, que tuviera miedo y perdiera toda esperanza.
Que me alejase de todo lo que quería para buscar una salida, algo que me devolviera la fé.

He vuelto a agarrarme ese clavo buscando...
¿Buscando qué?
Quizá respuestas.
No, creo que no es eso.
Buscando amistad. Compañía.
Sí, eso va a ser.

No quiero estar sola nunca más.
Quizás ese clavo se convierta en un algodón de plumas.
Quizás siga siendo un clavo eternamente incapaz de doblarse más que en mis entrañas.
Quizás vuelva a hacerme daño y sea la herida más infectada de mi existencia, por ser la tonta que la reabre diez mil veces sin pensar en las consecuencias...


Quizás, tantas cosas...


Perdí la sonrisa, pero no la fuerza.
Por algo será que sigo corriendo mirando hacia atrás...


Ahora camino por una fina línea...
Rozando el cielo...
Muy lejos del suelo...


Y eso que aún no puedo volar.


Ni por Asomo*