jueves, 23 de diciembre de 2010

Sobrada.

De ganas de cama.
Contigo.
Sólo contigo.


Pero NO.








Si empezaras a comprender,
que a mí lo que me importa no es el culmen del placer,
sino el rato de después...
Puede que volvieras a quererme otra vez.



[...]


Le doy ocho mil vueltas al asunto y sólo me sale decirte
que no me mereces, que pudiste tenerme y no me quisiste...
Que te pude haber dado todo lo que quieres y necesitas...
Y que nunca encontrarás a nadie como yo.





Z.
No me comas la oreja.

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