miércoles, 18 de noviembre de 2020

Not a tree. |

 But a forest. {





Esto se lee escuchando:




"Todos los días un poco"
Como si no fuera ya difícil de por sí. 

Como si poner un pie en el suelo no fuera un suicidio al agujero. Directo al laberinto. 
No es un momento sencillo porque nunca lo es.
Me quedo suspendida en el tiempo como si no existieran los calendarios.

Es una voz pesada que se vuelve un eco en el abismo.
Escribir es vomitar y desangrarse.
Es un "dejo esto por si me fuera".
Y sonríes. 

Y te lanzas.
Deseas no ser vapor, quedarte suspendida PERO EN ÁMBAR.
Como dijo él
En mi último adiós no hay aires de despedida, sólo una sensación fría que sube por la espalda.
Se transforma en líquido y sale de ti. 
Y de mí.






Me pregunto dónde está la luz.

Dónde está la puerta que me saque de mí y me lleve a la nada.
Ya no me espera nadie, mi lugar no es ninguna parte. Hay personas de ningún sitio. 

¿Qué viste?
Tengo un nudo en la lengua que llega hasta mi garganta. El secreto. La verdad.

A veces he querido despertar pero me habría atrapado la realidad de mis recuerdos. 
Otras veces simplemente floto al son de los días mientras las avispas vuelan en mi cabeza. 
Casi imagino que no lo son. 

Que sólo son mariposas.
Que a veces son sólo larvas. 
Que algún día saldrán por mi boca.
Que ayer entraron por mis venas.

Quiero no sentirme una tumba fría y húmeda, pero espero serlo antes de la ceniza.
Darle vida a lo que yo no pude, que en mis ojos crezca hiedra.

Que susurran las hojas y destruyan mis costillas
Las raíces de mis árboles.



No es que haya vuelto.

Es que nunca me fui.



Z.

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