domingo, 3 de agosto de 2014

Ms. Self Destruct.

A veces pienso que sólo necesito hablar.



Una mezcla entre quedar para tomar un café y una conferencia ante todas las personas importantes a las que he de decir algo.
Simplemente sentarme, respirar hondo y... Hablar.
Contar mi historia, contar lo que siento, al volumen que yo crea necesario y sin pausas incómodas.
Sin que nadie me haga sentir fuera de mí, como una desconocida para mí misma.
Contarlo todo. Absolutamente todo, y sentir un vacío purificador.

Pero mi cabeza no me deja. Mis muros no me dejan. Mi sentido común no me deja.
Sé que no es realmente bueno que la gente conozca los puntos hacia donde pueden lanzar sus flechas.
Tampoco estoy muy segura de si quiero hacerlo, simplemente soy consciente de que sería lo mejor.

Se suele decir eso de "el día que yo hable, arderá Troya". Bien. Pues esto es exactamente así.
Quiero gritarle a todo el mundo lo que hay aquí dentro, dentro de mí, de lo que soy.
No estoy segura de querer más secretos, más pasado, más versiones, más agujas.
Ya son suficientes.

Estoy cansada de explotar cada cierto tiempo, estoy cansada de ellos, de ellas, de todos. De mí.
Ya no sé quién soy. No sé en qué me han o me he convertido. Suelo tener en mente que soy justamente lo que dijeron que sería cuando creciera. Así me siento. Justo así.

No sé dónde estoy. No sé si me siento bien o mal, si estoy estable o más perdida que nunca.
Sólo sé que no me siento en casa, que no me siento yo desde el día que cambió todo.

Él me preguntó cuando le dije esto "¿pero sigues sintiéndote tú misma?"
Le contesté lo más sincero que pude sacar de mis entrañas:
"Es como si mi conciencia hubiera desaparecido. Es como si todo lo que realmente he sido siempre, por dentro, hubiera roto mi piel y salido al exterior. Como si ya no actuase nunca más, como si todo lo bueno y lo malo coexistieran en mí". 

Me estrechó la mano y me dio la enhorabuena. 
Puede que no apreciase mi cara de incomprensión, a mí no me hace feliz algo así.

No quiero ser esto, porque no sé qué soy. Lo que sí sé es que lo detesto y me da ganas de vomitar.
Cada vez que pasa el aire atravesándome el agujero del pecho, pienso que no podré aguantar mucho más. Aún así, llevo dos años diciéndolo. Y aún no me he ido.


Pero así es. 
Cada vez que se me hiela la sangre y se me eriza la piel, siento que me estoy rompiendo.
Y que no importa lo hermoso que pueda llegar a ser el mundo, porque yo ya no puedo soportarlo.


I'm starting to scare myself.


Z.

1 comentario:

Andrew ☽ dijo...

"El día en que yo hable, arderá Troya".
Cuando pienso en una forma de explotar repentina, dolorosa, se me forma cierto nudo en la garganta que creo que es normal que aparezca. Es cuando quieres decir algo pero no puedes, por alguna razón
Cuando leí tu texto sentí el mismo nudo
See ya
A.