Días extraños pasan, persiguiéndose los unos a los otros.
Mientras tanto yo miro por la ventana.
El sol arriba y abajo, siempre de distinto color.
Entonces todo se oscurece, y el viento sopla frío.
Es cuando me gusta desnudarme y abrir las ventanas.
La sensación de soledad, la oscuridad, la piel de gallina.
Es como si nadie más existiera en esos instantes...
Como si pudiera subir al tejado y volar...sin que a nadie le importase.
Sucede que estaba pensando en tí, y eso me molesta.
Tiendo a imaginar tantas cosas que se me agolpan y no entran en mi mente.
La razón se escapó de mi cuerpo, como todas esas sonrisas que me provocas.
Sé que si hablamos saltará una chispa, y después otra, y otra...
Y puede que quiera abandonarme, escucharte, y me esfuerce por mirarte a los ojos en lugar de evitarte, ignorando a mi vergüenza, mi timidez y mi baja autoestima.
Puede que cuando me hables sólo quiera que seas mío, y luche contra todo y todos, aunque duela.
Seguramente sólo me apetezca mirarte indefinidamente a los ojos y que sonrías...
Mientras calculo cuántos impulsos me faltan para atreverme a besarte.
Y eso querido, me da mucho miedo...
Porque creo que me he perdido y necesito una mano que me salve...
Y tengo la estúpida sensación de que esa mano que necesito, es la tuya.
1 comentario:
Qué bonita entrada, en serio :) Es toda una declaración^^
Un besoteeeeeeee :D
Publicar un comentario