miércoles, 29 de junio de 2011

Eres como el sol

me quemas cuando me tocas, hasta el punto de estallarme el corazón.
Me duele mirarte pero deseo hacerlo, aunque me ciegues.
No paras de brillar ni en los peores momentos, pero dejas espacio a la Luna.
Y te necesito.

Hago la fotosíntesis a mi manera.
Y tiemblo por dentro, por completo.

Mi mente está creando un escudo ella sola, para que ni siquiera te piense.
Pero siempre apareces a tu manera.
Aquí y allá, en todas partes, tu esencia.
Aunque me tape los ojos.



Y cuando parece que me he olvidado de que existes...


Despertar.
Y escucharte hablar.

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