jueves, 21 de abril de 2011

Hoy ni mis peces me quieren mirar.

Odio este cielo gris.
Odio mi pelo gris.
Odio tener tanta hambre de alegrías.

Me encierro en mí, no en estas cuatro paredes.
El hecho de no poder estallar dentro de mi propio cuerpo.
Gritar, ya no es suficiente.
Más que nada, y más que todo, lo que necesito...

Son sus ojos.

Otra vez...

1 comentario:

Isi G. dijo...

Mucho ánimo, preciosa!!! Pinta de colores ese gris, que sé que los tuyos son brillantes y hermosos ;)

Un besazo^^