Que podía seguir durmiendo.
Que nada me despertaba y estaba ahí, en la cama, como en letargo eterno.
No me importa.
Hay una fuerza sobrehumana que me impide volver a dormir ahora.
Pero lo intentaré.
Y si sigo soñando...
Os lo cuento.
Pero primero, tendré que salir de este sueño.
Ah no, espera, ¡si estoy despierta!
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