Pequeño Padawan

Tenía que dedicarte una entrada, tú lo sabes ya.
Sé que me dirás "Nooo Zoe, no tenías por qué hacerlo, no quiero que te preocupes por mí."
Esto no es porque esté más o menos preocupada, sino por muchos motivos muy buenos.
No sé por dónde debería empezar.

Primero darte las GRACIAS.
Desde que me acerqué a demostrarte que yo no me había ido de tu lado, me abriste los brazos.
Todo este tiempo has estado ganándote mi confianza a base de sonrisas, chistes, anécdotas y secretos.
Me has apoyado en mis últimos peores momentos (que no son para nada fáciles de superar).
Has estado ahí para consolarme, tranquilizarme, darme consejo y hacerme olvidar lo que me hacía daño.
Siempre tienes una canción que pasarme, algo gracioso o interesante que contarme, siempre con una sonrisa.

Me encanta que sepas valorar todo lo que hago, hasta el más mínimo detalle.

Me encanta llegar al río y verte desde lejos corriendo hacia mí con los brazos abiertos.

Me encanta arreglarme para salir y ver en mi mesilla el anillo que me regalaste, al igual que la pulsera de cuero. Sobretodo porque cada vez que miro estas cosas recuerdo que son tuyas, justamente de mi gran amigo Yeray.

Cuando estés mal o deprimido, piensa en las locuras que tenemos en común.
Nuestras bizarradas, las pelis gore, cuando hicimos los diálogos de Pulp Fiction con Alf y Karlos, cuando cantamos por Metallica, Tool o A Perfect Circle, cuando nos reímos de los guitarristas mancos y los cantantes sordos que pululan por el río.


Sigue sonriendo Yeray.
Sigue inventándote formas para las ramas y las hojas de los árboles.
Sigue bailando bajo la lluvia aunque todos te miren con mala cara.
Sigue disfrutando de cada pequeña cosa de la vida...
Y sobretodo...Shine on you, crazy diamond...


No estás solo.
Y nunca lo estarás, porque demuestras merecer lo mejor.
Y por eso, estamos contigo.
Por eso yo, estoy contigo.

Te quiero melenudo, pero te quiero de verdad.