- A mí me gusta lo que haces.
- Eso implica que no tengas unos gustos muy normales.
- Eres diferente.
- Tú también.
- Me gustas mucho.
- Ya lo sé...
- ¿Y ahora qué hacemos?
- No sé... ¿Nos matamos?
[...]
Me bebo tus versos de uno en uno, despacio.
Sabes a té y a galletas de canela.
Mis noches de estudio no me dejan dormir.
Tú tampoco. Es algo constante.
Me fumaré tu olor poco a poco.
Calmas la ansiedad que corre por mis venas.
Por lo que más quieras, no cambies nunca.
Z.
Exámenes hoy a las 5... deseadme suerte!
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